sábado, 31 de octubre de 2015

Juegos con historia (VI) – Alone in the Dark

13 octubre, 2010 por David García




De la gran cantidad de juegos míticos que surgieron para PC (u otras plataformas de 16 bits) a principios de los 90, pocos son tan merecedores de ese calificativo como el que nos ocupa.

“Alone in the Dark” fue desarrollado por dos franceses, Frédérick Raynal (quien, posteriormente, crearía otro juego de culto llamado “Little Big Adventure”) y Franck de Girolami, para Infogrames, que lo publicaría en 1992.

Tomando como base el tema del horror de influencias lovecraftianas, que también serviría como fondo para las historias de “Shadow of the Comet” o “Prisoner of Ice” (aventuras gráficas que Infogrames publicó en su época de mayor esplendor, tras el éxito de “AITD”), nuestra misión consistía en salir vivos de una mansión encantada, llena de misterios, trampas y enemigos mortales.

Nada más empezar deberemos escoger el personaje que queremos interpretar:

Emily Hartwood, sobrina del pintor Jeremy Hartwood, último habitante de la Mansión Derceto y que fue encontrado ahorcado en el ático. Su propósito será averiguar el motivo tras el suicidio de su tío.

Edward Carnby, investigador privado contratado por un tratante de antigüedades para localizar un piano en el ático de la casa.

Tras una secuencia de inicio en la que veremos como, nada más entrar en la mansión, la puerta de entrada se cierra de golpe tras nuestro (o nuestra) protagonista, nos encontraremos en el ático, donde, en apenas unos instantes, y una vez empezado el juego, empezaremos a ver que pasa “algo” dentro de esa casa.

Nuestro objetivo, por tanto, será sobrevivir mientras encontramos una forma de salir de la mansión, algo que sólo será posible enfrentándonos cara a cara al misterio que acecha dentro de la misma.

Hasta aquí nada nuevo bajo el sol.

“AITD”, sin embargo, disponía de varios ases bajo la manga.

Uno de ellos fue su integración de elementos de las aventuras clásicas (como la exploración y recogida de distintos objetos) con otros más propios de los juegos de acción (como los combates y la posibilidad de ganar o perder puntos vitales).

Sí, en el fondo seguía siendo una aventura, pero ese toque de acción, como luchar con ese zombi que nos acorrala en una esquina, le daba un punto de adrenalina tremendamente necesario y que no hacía más que incrementar la atmósfera de terror que producía el juego.

Otro fue su sorprendente aspecto visual. Personajes y objetos se renderizaron en 3D sobre un fondo fijo en 2D. Esto hacía necesario un ángulo de cámara fijo para combinar a nuestro héroe poligonal con los diferentes fondos fijos del juego. Así se conseguía un aspecto casi cinematográfico que resultaba tremendamente impactante en algunas escenas del juego.

Para acabar es necesario mencionar la atmósfera del juego. Combinando todos los elementos anteriormente mencionados (la tensión de no saber qué te espera al bajar las escaleras, las ominosas tomas de cámara…) junto a otros detalles como los eficaces efectos sonoros, Raynal y Girolami hicieron una auténtica obra maestra del terror.

Obviamente, a día de hoy, ya no produce el mismo impacto, pero en su época, cuando vio la luz, “AITD” supuso nuestra primera incursión no adulterada dentro del terror para ordenador personal.

Infogrames, por su parte, se convirtió en una de las compañías más importantes dentro del mundo videojueguil, codeándose, durante su breve estancia en el Olimpo, con los grandes mitos, como Microprose, SSI, LucasArts, Activision o Electronic Arts.

Tras una excelente segunda parte (que, según algunos, mejora incluso al original), y una más que notable tercera entrega, la saga AITD cedió el testigo a dos mitos modernos como las sagas “Resident Evil” (1996) y “Silent Hill” (1999), que tomaron la premisa iniciada por “AITD”, pusieron más énfasis en la acción, sin perder de vista el aspecto de aventura del juego, y crearon un género, el Survival Horror.

El resto es otra historia…

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