sábado, 31 de octubre de 2015

Ghostwatch

16 febrero, 2010 por David García


El 31 de octubre de 1992, a las 9 de la noche, los ingleses tuvieron la oportunidad de asistir, en la BBC1, a uno de los momentos más impactantes de la historia reciente de la televisión. Se estrenaba “Ghostwatch”, un programa que pretendía investigar en directo el supuesto poltergeist de una casa en los suburbios de Londres.

Mientras en plató desfilaban invitados y se recibían llamadas acerca del tema, una reportera del canal intentaba ahondar en el misterio de la casa, donde según sus habitantes y sus vecinos habitaba un fantasma, llamado Pipes por su costumbre de golpear las tuberías de la vivienda.

A medida que el programa avanzaba el espectador iba descubriendo más cosas acerca del tal Pipes, como que era el espíritu de un perturbado llamado Raymond Tunstall que, a su vez, creía haber sido poseído por el espíritu de una tal Madre Seddons, una asesina de niños del siglo XIX. Y eso sólo era la punta del iceberg, pues faltaba lo peor.

¿Y qué era lo peor? Darse cuenta, cuando el programa estaba en lo más interesante, que la cosa iba en serio. Se recibían llamadas de espectadores que aseguraban haber visto a Pipes en sus televisores, el equipo desplazado a la casa (que contaba con lo mejor de lo mejor en las supuestas técnicas de detección de fantasmas y fenómenos extraños) percibía un aumento notable de la actividad paranormal, en plató crecía la sensación de que todo se les iba de las manos…

Y llegó el temido final. Los fenómenos extraños parecen imparables y cada vez más peligrosos. Uno de los expertos invitados en plató comentó que Pipes estaba canalizando la energía de los millones de espectadores siguiendo en directo el programa para aumentar su temible poder. Las peores predicciones se hicieron ciertas cuando el espíritu es liberado, matando a la reportera, Sarah Greene, invadiendo los estudios de la BBC y, finalmente, poseyendo al presentador, Michael Parkinson.

No creo que haga falta que os tranquilice. Obviamente, nada era real.

“Ghostwatch” era, en realidad, un programa de ficción grabado desde hacía meses. Su creador, Stephen Volk, ideó una miniserie en la que un investigador de lo paranormal y un reportero investigaban una casa supuestamente encantada. En cada episodio se iban descubriendo más detalles hasta que, en el episodio final, rodado como una especie de falso “show en directo”, todo se iba al garete de mala manera.

Al final, dada la imposibilidad de rodar la miniserie tal como estaba previsto, Volk decidió rodar un único episodio como si fuera el último, tal como lo hemos descrito.

Los mandamases de la BBC no las tenían todas consigo y, temiendo la reacción del público, estuvieron a punto de no retransmitir el programa. Al final accedieron, y “Ghostwatch” se estrenó con efectos devastadores…

No importó que el programa estuviera precedido de la carátula de “Screen One” (destinada a programas de ficción como telefilmes), ni el “Written by…” que indicaba bien a las claras que se trataba de una ficción. Las quejas no tardaron en llegar.

Tanto espectadores como prensa escrita se lanzaron al cuello de la BBC por permitir la retransmisión de “Ghostwatch”. Aparentemente, muchos creyeron que la cosa iba en serio, incluso después del abrupto final, cuando la BBC siguió su rutina de transmisiones como siempre tras la supuesta posesión de Michael Parkinson por parte de Pipes. Por su parte, la prensa criticaba la dureza y realismo de algunas escenas. Incluso se llegó a dar un caso de suicidio provocado, en teoría, por el show.

La BBC tomó cartas en el asunto y prohibió la redifusión de “Ghostwatch” durante los siguientes diez años. A día de hoy, habiéndose cumplido de largo esos diez años, “Ghostwatch” sigue sin redifusión “oficial” en la televisión británica, a pesar de contar ya con una edición en DVD.

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